كوميدا ارابي
La comida árabe es una revolución de historia, colores y sabores...
¡No podía comenzar este blog de otra manera! La comida árabe, sin lugar a dudas, está entre mis favoritas. Un poco por mis antepasados, otro poco por el exceso de sabor que encierra... Lo cierto es que, preparar y servir este plato que me enseñó papá, es una verdadera fiesta
Todos sabemos que la historia y la comida han ido siempre de la mano, una junto a la otra... evolucionando y acondicionándose a todas las etapas del desarrollo humano.
La comida es algo que sigue a cada cultura y que se extiende fácilmente...
Los romanos tomaban leche de almendras, y comían mucho pescado, cereales y carnes, pero no le daban a la cocina la importancia que sí le otorgaron los árabes. Cuando ellos llegaron a la Península Ibérica, revolucionaron la alimentación de las personas que vivían en ese lugar.
La comida de los pueblos árabes que conquistaron casi en su totalidad la península era mucho más refinada. Esto, porque le conferían una mayor importancia al aspecto minimalista de sus platos: especias, legumbres, repostería, zumos... Todo muy lleno de colores y sabores los que, lejos de desterrar los productos autóctonos, se complementaron con ellos y formaron una de las bases que hoy sustentan la comida más tradicional.
Luego llegó la Reconquista y el descubrimiento de América, y con ello la segunda revolución culinaria: la de las hortalizas como el tomate y la patata que tan asentadas se mantienen en cualquier menú actual.
Hoy en día, la comida oriental deslumbra no solo por sus espectaculares aromas y colores, sino por la exquisitez de sus sabores; sabores logrados por las combinaciones de las "mil y una" especias que se utilizan en sus recetas.
Quienes llevamos sangre árabe en nuestras venas, sentimos que conservar las tradiciones que heredamos, es una forma de homenajear a quienes queremos, porque en cada cena, en cada encuentro, desplegamos el pasado, el presente y el futuro de la cocina más tradicional del mundo.
Y esto no solo se extiende a los sabores, sino también al baile... que demás está decir, despierta pasiones a los 4 puntos cardinales.
Hoy me pongo en la piel de mi padre, inundo el ambiente de "medio oriente", y me dejo llevar por sus manos, para invitarlos a cocinar y degustar mi comida favorita: el keppe árabe.
KEPPE ARABE
INGREDIENTES
RELLENO
PROCEDIMIENTO
BASE: desgrasar la carne y pasarla por la picadora de carne 2 o 3 veces. Amasarla junto con la nuez moscada, la sal, la pimienta y el jugo de limón.
Dejar descansar en la heladera durante 3 horas como mínimo.
Mientras tanto, hidratar el trigo en agua fría, retirarle las impurezas, colocarlo en una cacerola y cocinarlo hasta que rompa el hervor. Retirarlo, cortar la cocción con agua helada, tamizarlo y escurrirlo con las manos para que no quede muy húmedo. Trabajarlo (amasarlo) junto con la preparación anterior hasta que la mezcla quede homogénea.
Colocar en una fuente de cerámica y reservar en la heladera.
RELLENO: desgrasar la carne de cordero y picarla a través de un procedimiento similar al anterior. Rehogar las cebollas picadas finamente, mezclarlas con la carne, la menta (o albahaca), la sal, la pimienta, el jugo de ½ limón y las nueces picadas a cuchillo.
Amasar y distribuir sobre la base anterior haciendo presión. Reservar en la heladera (lo ideal es dejarlo de un día para otro).
Esta preparación puede comerse cruda u hornearse con unos cubos de manteca hasta dorar.
Para el keppe frito se agrega a la base una pizca de ají molido, se forman esferas y se fríen en aceite a temperatura moderada.
RECOMENDACIONES FINALES
Cada receta guarda los secretos de quien la elabora. ¡Todo está permitido!
Las tradiciones pasan... a lo largo de la vida, de mano en mano, y cada uno va agregándole matices diferentes, o adaptándola a los nuevos tiempos. Pero, una vez más, todo está permitido cuando se conserva la esencia.
Nunca olvides que la comida es otra manifestación del amor. Por eso cada ingrediente debe ser seleccionado cuidadosamente y el proceso debe ser elaborado con nuestra mejor voluntad, actitud e intención... ¡porque eso es lo que ponemos en la mesa... junto a las velas encendidas y la buena bebida!
Todos sabemos que la historia y la comida han ido siempre de la mano, una junto a la otra... evolucionando y acondicionándose a todas las etapas del desarrollo humano.
La comida es algo que sigue a cada cultura y que se extiende fácilmente...
Los romanos tomaban leche de almendras, y comían mucho pescado, cereales y carnes, pero no le daban a la cocina la importancia que sí le otorgaron los árabes. Cuando ellos llegaron a la Península Ibérica, revolucionaron la alimentación de las personas que vivían en ese lugar.
La comida de los pueblos árabes que conquistaron casi en su totalidad la península era mucho más refinada. Esto, porque le conferían una mayor importancia al aspecto minimalista de sus platos: especias, legumbres, repostería, zumos... Todo muy lleno de colores y sabores los que, lejos de desterrar los productos autóctonos, se complementaron con ellos y formaron una de las bases que hoy sustentan la comida más tradicional.
Luego llegó la Reconquista y el descubrimiento de América, y con ello la segunda revolución culinaria: la de las hortalizas como el tomate y la patata que tan asentadas se mantienen en cualquier menú actual.
Hoy en día, la comida oriental deslumbra no solo por sus espectaculares aromas y colores, sino por la exquisitez de sus sabores; sabores logrados por las combinaciones de las "mil y una" especias que se utilizan en sus recetas.
Quienes llevamos sangre árabe en nuestras venas, sentimos que conservar las tradiciones que heredamos, es una forma de homenajear a quienes queremos, porque en cada cena, en cada encuentro, desplegamos el pasado, el presente y el futuro de la cocina más tradicional del mundo.
Y esto no solo se extiende a los sabores, sino también al baile... que demás está decir, despierta pasiones a los 4 puntos cardinales.
Hoy me pongo en la piel de mi padre, inundo el ambiente de "medio oriente", y me dejo llevar por sus manos, para invitarlos a cocinar y degustar mi comida favorita: el keppe árabe.
KEPPE ARABE
INGREDIENTES
- ½ kg de carne de lomo o nalga
- 200 g de trigo burgol (no precocido)
- 1 pizca de nuez moscada
- Pimienta de Jamaica a gusto
- 1 cucharada de sal fina
- Jugo de 1 limón
RELLENO
- 250 g de carne de cordero (paleta)
- 1 cebolla común más 1 cebolla de verdeo
- 1 cucharada de menta fresca picada (o albahaca)
- 2 cucharadas de nueces peladas
- Jugo de ½ limón
- ½ cucharada de sal fina
PROCEDIMIENTO
BASE: desgrasar la carne y pasarla por la picadora de carne 2 o 3 veces. Amasarla junto con la nuez moscada, la sal, la pimienta y el jugo de limón.
Dejar descansar en la heladera durante 3 horas como mínimo.
Mientras tanto, hidratar el trigo en agua fría, retirarle las impurezas, colocarlo en una cacerola y cocinarlo hasta que rompa el hervor. Retirarlo, cortar la cocción con agua helada, tamizarlo y escurrirlo con las manos para que no quede muy húmedo. Trabajarlo (amasarlo) junto con la preparación anterior hasta que la mezcla quede homogénea.
Colocar en una fuente de cerámica y reservar en la heladera.
RELLENO: desgrasar la carne de cordero y picarla a través de un procedimiento similar al anterior. Rehogar las cebollas picadas finamente, mezclarlas con la carne, la menta (o albahaca), la sal, la pimienta, el jugo de ½ limón y las nueces picadas a cuchillo.
Amasar y distribuir sobre la base anterior haciendo presión. Reservar en la heladera (lo ideal es dejarlo de un día para otro).
Esta preparación puede comerse cruda u hornearse con unos cubos de manteca hasta dorar.
Para el keppe frito se agrega a la base una pizca de ají molido, se forman esferas y se fríen en aceite a temperatura moderada.
RECOMENDACIONES FINALES
Cada receta guarda los secretos de quien la elabora. ¡Todo está permitido!
Las tradiciones pasan... a lo largo de la vida, de mano en mano, y cada uno va agregándole matices diferentes, o adaptándola a los nuevos tiempos. Pero, una vez más, todo está permitido cuando se conserva la esencia.
Nunca olvides que la comida es otra manifestación del amor. Por eso cada ingrediente debe ser seleccionado cuidadosamente y el proceso debe ser elaborado con nuestra mejor voluntad, actitud e intención... ¡porque eso es lo que ponemos en la mesa... junto a las velas encendidas y la buena bebida!